"...el cuento literario condensa la obsesión de la alimaña, hace perder al lector contacto con la desvaída realidad que le rodea, arrasarlo a una sumersión más intensa y avasalladora. De un cuento así se sale como de un acto de amor, agotado y fuera del mundo circundante, al que se vuelve poco a poco con una mirada de sorpresa, de lento reconocimiento, muchas veces de alivio y tantas otras de resignación"
Julio Cortázar: "Del cuento breve y sus alrededores"

¿Isaac Asimov? Me suena.

Hace unos días un alumno, concrétamente un peculiar y apasionado adolescente. <rara avis>, me recomendó leer a Asimov. En un principio pensé que se trataba de una enajenación mental transitoria producida por las hormonas, pero su fervorosa exhortación e insistencia me hizo pensar en Isaac Asimov.
Enseguida recopilé los diferente apuntes mentales que tenía en mi cerebro del escritor ruso (supuse su nacionalidad y en esto acerté, aunque viviera practicamente siempre en Estados Unidos). Además de ruso, me vino por Asimov, científico, prolijo (en su producción artística) para mí sinónino de literariamente pobre, "Yo, robot", supongo que por la película, y energía nuclear. Esto último, no sé  el porqué; desconozco las conexiones y los intrincados caminos de mis neuronas).
En fin mis prejuicios eran muchos sobretodo por lo de prolijo y nuclear, así que nunca me aventuré y prefería acercarme a la ciencia ficción de la mano de los clásicos como Huxley o Bradbury o el enorme Stalisnav Lem. Pero el otro día, rebuscando en la caja de libros descatalogados de la prestigiosa librería de mi casa, encontré varios títulos desconocidos para mí y, entre ellos, "El sol desnudo" de Asimov. Y me dije, esto significa algo, porqué no.
Así, terminé la desanimada muerte en Venecia de Mann y comencé a leer la citada novela con más escepticismo que pasión .
Pero me sorprendió. Me ha gustado su ritmo, sus diálogos sobre robots o planetas lejanos que parecen sacados, salvo por la temática, de las novelas  de Chandler o Hammet, la personalidad arrolladora del protagonista, su misterio y la recreación verosímil y atrayente de esos extraños mundos cargados de robots y extraños humanos; me ha embaucado por las leyes de las robóticas y me ha hecho plantearme por la mítica cuestión asimoviana de hasta dónde humano o robot.
Si bien es cierto que te tiene que gustar la ciencia ficción, para un profano, como un lémur, la historia te sumerge en mundos lejanos pero reconocibles al igual que James Ellroy con la ciudad de Los Ángeles en los años 40 o la Inglaterra Victoriana de Doyle.
Una lectura interesante, con un universo muy personal, reconocible sobretodo por las decenas de películas que beben de las fuentes de Asimov y una novela de misterio en mundos lejanos.
Así que ya no sólo me suena Asimov, sino que me encanta. Ahora a leer "La saga de la Fundación", su obra más famosa.

1 comentario:

  1. Cierto es que la obra de Asimov es irregular de puro extensa. Por si sirven unas recomendaciones, ahí van: Bóvedas de acero, Robots del amanecer, Los propios dioses y El fin de la eternidad. Un saludo.

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