Qué leer depende del cuando y del donde, sin duda.
No es lo
mismo leer en un autobús de transporte público en Madrid a las 7 de la
mañana en pleno invierno a Murakami, donde lo onírico se presenta en
toda su magnitud, que hacerlo en una tranquila playa un 17 de agosto
recostado donde Verné o Doyle nos permitirán viajar; no es lo mismo,
porque además no somos los mismos.
Uno puede leer lo que quiera
cuando quiera pero no será la misma lectura, porque el ambiente influye
en nuestra percepción de lo que nos rodea al igual que las horas de luz en nuestro estado de ánimo, y por ende también afecta a nuestra
percepción literaria. SEGUIR LEYENDO.