Hay escritores que se definen por sus diálogos, otros por su ritmo, e incluso los más laureados por sus finales. Alice Munro, sin duda, es por sus personajes.Por personajes cualquieras: anónimos, tan anónimos, que son sombras para los demás, tímidamente enfermizos, obsesivos hasta la excentricidad, que presentan malformaciones físicas y psíquicas, ancianos con sus consciencias fuera de sus cabezas; personas todas ellas que apenas surgerían en una conversación y que en sus vidas anodinas presentan historias poéticas. La actual Premio Nóbel los limpia, desgrana, quita sus envoltorios y nos los presenta en su cruda cotidianidad cargada de hermosura, a pesar de ser vidas desilusionadas, solitarias o marchitas. Es la pura vida, la de verdad, la que no aparece en los medios pero la que nos rodea, nos entristece y, a veces, nos emociona.
Así es la literatura de Munro en su último libro "Mi vida querida".
A Munro he llegado por insistencia, y no mía. Si bien es cierto que ha tenido mucho que ver el repiqueo constante producido por la concesión del Nóbel, también es cierto que lleva unos meses apareciendo a gotitas en mi vida: un relato en una colección de escritores de cuentos actuales, una entrevista en una revista cultural donde hablaba de la influencia de Flannery O´connor o la reseña acertada en Babelia de Muñoz Molina. Tenía la sospecha pero no las circustancias, así que en mi obsesión por el cuento y el regalo debido de un sensible familiar hizo que acabara en mis manos hace unos días este último libro de Alice. Y ha habido instantes, de verdadero entusiasmo melancólico en su lectura.
Me han fascinado la fragilidad de las emociones descritas en "Grava"; lo profundamente marcados que sus personajes lo están por el simple correr de la vida, "Tren" , sin necesidad de dramatismos radicales; y la anonimidad de sus personajes, de vidas extraordinarias en su vulgaridad pero con sentimientos universales y auténticos como en el relato que más me ha gustado "Orgullo". Y todo marcado desde la perspectiva de una mujer anciana pero de mirada limpia y clara que nos otorga un universo personal pero terriblemente humano.
"...el cuento literario condensa la obsesión de la alimaña, hace perder al lector contacto con la desvaída realidad que le rodea, arrasarlo a una sumersión más intensa y avasalladora. De un cuento así se sale como de un acto de amor, agotado y fuera del mundo circundante, al que se vuelve poco a poco con una mirada de sorpresa, de lento reconocimiento, muchas veces de alivio y tantas otras de resignación"
Julio Cortázar: "Del cuento breve y sus alrededores"
Páginas
- CANON LITERARIO
- "MUERTE EN EL ESTÍO" de Yukio Mishima.
- "El siguiente en la fila", de Bradbury.
- "REDACCIÓN", de Quim Monzó.
- "AL FARO", de Virginia Woolf.
- "UNA ROSA PARA EMILY", de William Faulker.
- ¿Isaac Asimov? Me suena.
- El honor perdido de Heinrich Böll
- "El ciclista" de Tim Krabbé.
- ¿Por qué leer a Murakami?
- "LADY TURTON", de Roald Dahl.
- "Los expulsados de Poker-Flat"
- "El gatopardo" o una bella historia, literaria.
- "El lobo" de Hermann Hesse.
- SALINGER, ese vecino desconocido.
- Una historia de infamia de COETZEE
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