"...el cuento literario condensa la obsesión de la alimaña, hace perder al lector contacto con la desvaída realidad que le rodea, arrasarlo a una sumersión más intensa y avasalladora. De un cuento así se sale como de un acto de amor, agotado y fuera del mundo circundante, al que se vuelve poco a poco con una mirada de sorpresa, de lento reconocimiento, muchas veces de alivio y tantas otras de resignación"
Julio Cortázar: "Del cuento breve y sus alrededores"

lunes, 5 de diciembre de 2016

CANON LITERARIO

Esta selección de 42 cuentos obedece a una inspiración del administrador de este blog y a las estrambóticas reglas que a un Lémur, aunque sea Mr, se le pueden ocurrir. A saber, sólo forman parte del canon los considerados como cuentos literarios y únicamente un cuento por autor.
Si no estás de acuerdo, comenta que nuevo cuento introducirías en esta subjetiva selección, bien de un autor ya citado o de uno nuevo. 

"Paolo y Francesca", de Anselm Feuerbach

Aquí están 42 cuentos literarios fundamentales de la historia de la literatura:
  1. "El Aleph", de Jorge Luis BORGES. Porque descubrimos en una mota de polvo el todo, el aleph.
  2. "El fuego de la hoguera", de Jack LONDON. Porque sentimos el frío de la muerte.
  3. "El siguiente en la fila", de Ray BRADBURY. Por la calurosa y angustiosa atmósfera donde se desarrolla el cuento y la frialdad enfermiza del protagonista.
  4. "Un día perfecto para el pez plátano"de J.D. SALINGER. Por la vacuidad de la realidad de Seymour  capaz de desencadenar un final aparentemente sorprendente pero previsto por el genio desde la primera palabra.
  5. "Casa tomada", de Julio CORTÁZAR.  Por la inquietud que transmite días, semanas o meses después de leerlo. Nunca se olvida.
  6. "El corazón delator", de Edgar Allan POE. Por la insignificante y poderosa excusa de la telilla del ojo para el asesinato
  7. "Los crisantemos"de John STEINBECK. Por el leve gesto del viajante capaz de perforar el alma de la mujer.
  8. "Enoch Soames", de Max BEERBOHM. Por su ritmo, su juego literario, su ironía y por el soez diablo.
  9. "Bartleby el escribiente"de Herman MELVILLE. Por una de las frases más inquietantes del cuento literario "Preferiría no hacerlo". 
  10. "Lady Turton",  de Roald DAHL. Por el instante, antes del desenlace, en que presientes, al igual que el protagonista, el final más terrible.
  11. "Orgullo", de Alice MUNRO. Porque nuestra mirada va cambiando, se vuelve más cálida, al relatar una enternecedora historia de dos perdedores.
  12. "La gallina degollada"de Horacio QUIROGA. Porque aunque intuyes la tragedia final no quieres que suceda, mas sabes que es inevitable. 
  13. "La esperanza"de Villiers de L´ISLE ADAM. Por crear al personaje más cruel de la literatura.
  14. "Los pocillos"de  Mario BENEDETTI. Porque lo que parece oculto a todas luces, es una realidad a vista de todos.
  15. "A y P"de John UPDIKE. Por retratar la naturaleza humana, especialmente la masculina, con toda  crudeza y sórdida realidad; y con humor.
  16. "La despedida"de Ignacio ALDECOA. Por el instante reflejado. Por la brevedad de una primera y anciana, no sabemos si definitiva, despedida, en la que todo lo demás no importa. Todo lo demás es baladí.
  17. "La ventana abierta"de SAKI (Hector Hugo Munro). Por la manera de manejar el ritmo literario; auténtica pieza de orfebrería.
  18. "Brasas de agosto"de Luis Mateo DÍEZ. Porque este maestro narrador nos traslada al instante final de un amor imposible de manera extraordinaria y preciosamente sutil.
  19. "El nadador"de John CHEEVER. Porque el paso del tiempo, nadando en piscinas, sólo puede ser a peor.
  20.  "Matar a un niño", de Stig DAGERMAN. Por la concatenación de hechos inocentes que convergen en una tragedia humana inefable. 
  21. "El lobo", de Herman HESSE. Por describir la naturaleza humana salvaje y la naturaleza salvaje humana tan bellamente.
  22. "La mujer", de Juan BOSCHPor la poesía con la que describe la ruindad humana.
  23. "La inundación", de Rudyard KIPLING. Por los sonidos y olores que percibimos al leerlo, que  nos trasladan a una indómita naturaleza. 
  24. "El falso autoestop", de Milan KUNDERA. Porque al jugar nos podemos quemar, y el amor es fácilmente inflamable.
  25. "La cigarra"de Anton CHEJOV. Por la profunda tristeza que te invade cada palabra, cada expresión de Olga, aunque ella no quiera, cada realidad descrita.
  26. "Quien quiera que hubiera dormido en esta cama"de Raymond CARVER. Por las inquietantes llamadas que desestabilizan toda nuestra ficticia realidad.
  27. "Punto muerto"de Barry PEROWNE. Porque cree descubrir el clásico enigma del asesino de la habitación cerrada.
  28. "El ahogado más hermoso del mundo"de Gabriel GARCÍA MÁRQUEZ. Por la irreal normalidad con la que viven un hecho excepcional. Fantástico. 
  29. "Una tragedia estival"de Arna BONTEMPSPorque es uno de los mejores cuentos sobre la tristeza,  por lo tanto, sobre la vida.
  30. "El tren", de Flannery O´CONNOR. Por retratar con maestría un instante de vértigo vital que marcará a su protagonista toda su vida.
  31. "Natación", de Virgilio PIÑEIRA. Por retorcer la percepción de la realidad hasta lo imaginable ne apenas unas líneas.
  32. "El niño lobo del cine Mari", de J.M. MERINO. Por la maravillosa y tierna reinterpretación del mito del niño lobo.
  33. "La vida secreta de Walter Mitty", de James THURBER. Por su capacidad de hacernos soñar.
  34. "El otro hombre", de Miguel DELIBES. Porque una casualidad nos desenmascara frente al otro.
  35. "Bernardino", de Ana María MATUTE. Por reflejar con maestría y naturalidad el momento de la primara decisión.
  36. "La oveja negra", de Augusto MONTERROSO. Por la irónica y humorística brevedad con la que refleja la crueldad humana.
  37. "Muerte en el estío", de Yukio MISHIMA.  Por el sutil final cargado de belleza y profunda tristeza que, en cambio, calma a ritmo de las olas suavemente la angustia.
  38. "La estrella sobre el bosque" de Stefan ZWEIG. Porque un olor, un gesto puede marcar una vida hasta su fin.
  39. "Donde el fuego nunca se apaga" de Mary SINCLAIR. Porque el averno es más cruel de lo que nos pudiéramos imaginar.
  40. "Descenso a los infiernos de la imaginación", de Marcos DENEVI. Por el juego de ficción y realidad, autor y actor. 
  41. "Redacción", de Quim MONZÓ. Porque la voz narrativa es la de un niño.
  42. "La conversión de los judíos", de Phillip ROTH. Por el humor que provoca una exagerada pero real situación religiosa-juvenil.

viernes, 28 de octubre de 2016

El desierto de Buzzati

Las novelas que dejan eco, en mi experiencia, no son las que describen muchos hechos acontecidos, ni en las que suceden innumerables giros maravillosos, ni siquiera las que describen pasiones tormentosas o infamias crueles; éstas sólo nos entretienen.  Las historias que permanecen son las que conectan directamente con nuestro ser; las que reverberan con el paso de los años en nuestra persona son las narraciones que nos cuestionan sobre nuestra propia existencia. Un clásico conecta directamente con nuestros miedos, deseos, turbaciones, sueños. El desierto que creo Buzzati en 1940 es una de estas novelas.

"El desierto de los tártaros" de Dino Buzzati narra la llegada a la fortaleza Bastiani del teniente Giovanni Drogo y los años que transcurre en ella mientras espera, junto al resto de soldados, la llegada de los invasores tártaros.

                                              
El mérito de esta obra, considerada para muchos como una obra maestra, incluyendo al gran Borges (sólo por ello hay que leerla), es que cuenta a través de una gran metáfora el sentido o no de la vida.
Aparentemente no sucede nada reseñable. Los personajes parecen contentarse con poco, aunque siempre tienen el anhelo de trascendencia. Pasan los años y la búsqueda de notoriedad, de aventuras, de pasiones se van debilitando en Giovanni Drogo; las decepciones con los otros y con uno mismo se suceden como parte habitual de una existencia, los fracasos no perturban fuertemente a nuestro protagonista tan sólo van pincelando la vida.
 Sin darte cuenta (que mérito tiene Buzzati), los años trascurren para nuestro protagonista al igual que las hojas de la historia para llegar al final, como en la vida. La historia nos hace percibir el "Tempus fugit" como una camino inevitable de decepciones.

No esperen divertirse, ni conocer lugares exóticos, ni ser protagonistas de una gran historia de amor leyendo esta novela, prepárense para comprender o no algo de la vida humana. Tan sólo y tan profundo; tan sencillo y maravilloso.

viernes, 17 de junio de 2016

"Mi tío Oswald" o una mancha en el expediente.

Toda gran creador ha cultivado errores, ensayos, obras de formación o, llanamente, ha cometido meteduras de pata en su producción artística.
Cuantas veces hemos oído contar (ésto es muy estadounidense) a un intelectual, artista o deportista reconocido que una vez fue detenido por la policía o no pidió factura para evitar pagar impuestos; hasta los más insignes de esta sociedad tienen una pequeña mancha.

Roald Dahl también cometió un grave error, y lo digo con todo el respeto al autor galés.
Reconocido escritor de cuentos para adultos (destacar "Lady Turton", recogido en nuestro canon), novelas para niños y relatos autobiográficos de un excelente nivel.

Relatos que te atrapan desde el primer instante, con giros sorprendentes, guiños de humor constante y  con un uso de la ironía excepcional, atmósferas creadas en unas pequeñas líneas y finales redondos que te congratulan con la escritura.


Pues "Mi tío Oswald", única novela de Dahl, está tan alejado del resto de su obra en cuanto a su calidad como la galaxia  A1689-zD1 de la tierra. Supongo que esta novela escrita en 1979 tendría ínfulas de trasngresora respecto al tema sexual, pero leída cuarenta años después te parece insustancial e incluso soez.

Es cierto que destila humor en muchas de sus páginas, pero ningún pasaje logra entusiasmarte; en ocasiones, por el exceso en la chanza y lo repetitivo del tema y, en otras, porque el final del episodio no logra ser tan redondo y sorprendente como el autor galés nos ha tenido siempre acostumbrado.
Una novela a la que le falta ritmo y le sobra bromas sexuales. Una novela que bien podría haber sido un relato breve, condensando humor y ganando en ritmo, y no una novela excesiva, extenuante y exagerada.  Roald fue uno de los grandes escribiendo cuentos, pero su novela nos defraudó.