"...el cuento literario condensa la obsesión de la alimaña, hace perder al lector contacto con la desvaída realidad que le rodea, arrasarlo a una sumersión más intensa y avasalladora. De un cuento así se sale como de un acto de amor, agotado y fuera del mundo circundante, al que se vuelve poco a poco con una mirada de sorpresa, de lento reconocimiento, muchas veces de alivio y tantas otras de resignación"
Julio Cortázar: "Del cuento breve y sus alrededores"

martes, 14 de enero de 2014

Haciendo cuentas; sólo podré leer 900 novelas.


Haciendo cuentas he leído, este pasado 2013, unas 30 novelas y casi 70 cuentos durante el año, aclarar que aunque les parezca poco para un lemur no está nada mal. La primera funesta reflexión es que no leo tanto como lo que cabría esperar, y eso que siempre llevo un texto entre mis manos, y la segunda es que en el mejor de los pronósticos me quedan unos 30 años de salud mental para poder leer y que, al ritmo que llevo, me quedan unas 900 novelas en mi vida, por lo que debo comenzar a descartar. Recuerdo cuando comenzó mi pasión lectora, ¡hay esa soberbia juvenil! que pensaba que algún día leería todo lo que me gustara. Por aquella época tenía una decena de autores favoritos, todos recomendaciones escolares y aventuras hormonales y amorosas, y pensaba acabar enseguida con sus escritos, pero según vas creciendo y aprendiendo tus autores se dispersan, tus gustos crecen y tu vida no te da para alcanzar todo lo que quieres.
En definitiva, hoy me he percatado que ha comenzado la cuesta abajo y voy a comenzar a regalar aquellos libros que no me entusiasmaron para no quedarme con más de 50 textos al final de mis días y terminar mi existencia releyendo sólo aquellos que me fascinaron en un "Annus lectoris finalis". No se depriman, esto no es cuento es la vida y no hay opción.
Así que ya he comenzado ha recopilar. De todo lo leído este año me quedo para este annus lectoris finalis con los cuentos de Saki, "Animales y más que animales"; de Roal Dahl, "Relatos de lo inesperado"; algunos cuentos de Cheever como "Un día cualquiera", "La monstruosa radio" o "Adiós hermano mío"; unos de mis descubrimientos los relatos de Flannery O´Connor  "Un encuentro tardío con el enemigo"; y , mención especial, los relatos de Alice Munro en "Mi vida querida".
Respecto a novelas "Al faro" de Virginia Woolf, "Las ratas" de Delibes y "El Gatopardo" de Tomasi di Lampedusa. Decepciones a las que no volveré, y con todos mis respetos, "Apuntes del subsuelo" de Dostoievski, o me queda grande o es que realmente es plana y sin ritmo, o "El club de lectura del final de tu vida" de Will Schwalbe, que me hizo especialmente perder el tiempo.
Un año fructífero de variadas lecturas y solo algunas decepciones, y es que el instinto se va afinando.

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