"...el cuento literario condensa la obsesión de la alimaña, hace perder al lector contacto con la desvaída realidad que le rodea, arrasarlo a una sumersión más intensa y avasalladora. De un cuento así se sale como de un acto de amor, agotado y fuera del mundo circundante, al que se vuelve poco a poco con una mirada de sorpresa, de lento reconocimiento, muchas veces de alivio y tantas otras de resignación"
Julio Cortázar: "Del cuento breve y sus alrededores"

miércoles, 5 de febrero de 2014

Una historia de infamia de Coetzee

Un puesto fronterizo. Un pequeño pueblo rodeado de arena y polvo con un clima sin concesiones: veranos ardientes y crudos inverno Es el último lugar del Imperio, los primeros habitantes que divisarán la llegada de los bárbaros; allí, un magistrado administra una tranquila plaza sin más ambición que descubrir viejas civilizaciones en los alrededores de la fortificación y mantener buenas relaciones con los pueblos nómadas que acuden a comerciar.
Pero hasta ese apartado lugar olvidado llegan los miedos del imperio, los ocios del ejército que, sin fundadas razones, buscan bárbaros deseosos, en sus imaginaciones oscuras, de acabar con ellos. Los soldados se presentan en el fuerte y comienzan una serie de escaramuzas injustas e injustificables para encontrar a los invasores bárbaros que sólo parecen existir en su imaginario belicista, en un "leitmotiv" inventado que tiene por fundamento el miedo infundado de todo un imperio.
Nuestro protagonistas en el ocaso de su vida será testigo y, de alguna manera por su indolecencia, cómplice de los abusos que un general infringe a unos desdichados nómadas que nada conocen de lo que se les acusa y de las torturas que sufrirán. Pero la infamia se concreta en la vida de una joven que, debido a las heridas sufridas, pierde la mayor parte de su vista y le dejarán secuelas físicas y vitales que harán al magistrado intentar salvar su alma de la fechoría como cómplice.
A partir de aquí todo es más complicado, más infusto y mcuho más doloroso para el lector, que será testigo incrédulo de lo que la naturaleza humana es capaz de cometer sin razón; del miedo gratuito que podemos de infringir y de la crueldad extrema que llega hasta la humillación con el indefenso.
"Esperando a los bárbaros", de Coetzee es una doliente novela muy bien estructurada y de gran repercusión en el alma que nos zarandea y perturba.

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